Y sí, se que las cosas no siempre salen como quieres. Que cuanto más deseas que sea blanco con más probabilidad saldrá negro. Pero a veces me paro a mirar a mi alrededor en esos momentos en los que las cosas no van del todo bien, algo falla y observo por un momento a la gente, el ambiente que hay, por suerte, hay gente riéndose, en sus caras solo se ven sonrisas y el único sonido que son capaces de pronunciar son grandes carcajadas, luego hay otra clase de gente, los que prefieren quedarse tres horas callados, con esa persona tan especial al lado con la que comparte miles de miradas, sonrisas, caricias y besos, esos besos que sabían mejor cuando sabían a fresa. Entonces es ahí cuando aparece ese porqué. Porque mientras la gente disfruta y aprovecha ese momento al máximo ¿tú que haces? Decides apartarte del grupo, aislarte, tumbarte, observar el cielo lleno de estrellas, esas estrellas que un día tubieron un significado para ambos y ponerte esa maldita música que hace que te encuentres peor, que hace que si tienes ganas de llorar, las lágrimas empiecen a caer y a resbalar por toda tu cara sin ser capaz de pararlas y alguién se acerca y te pregunta: ¿qué te pasa? ¿Porque estas así? No merece la pena sufrir por alguien que no lo merece y otras mil explicaciones similares por las que no debes estar mal, que lo único que consiguen es ahogarte más solo por el echo de pensar en cada momento que dejaste marchar, por cada palabra que un día te regaló y buscas explicaciones, el porqué de cada momento, sonrisas, caricias y besos que un día te regaló, por cada sms que te mandaba todas noche antes de dormir y con aquellas cosas que leías tú te acostabas con una sonrisa de oreja a oreja deseando que el día pasara rápido, que la noche llegara de una vez por todas y encontraros en el mismo lugar de siempre e ir juntos al mismo parque, en el que compartían miles de momentos y canciones. Pero tan pronto como empieza todo otra noche se acaba así, de buenas a primeras todos esos momentos forman parte del pasado, del recuerdo. Los caminos comienzan a separarse y cada vez ves a esa persona al otro lado que se va haciendo más y más pequeña por la distancia que empieza a haber entre los dos y tan sólo esperas que poco a poco ese camino un día se vuelva a unir o si no se une del todo lo único que pides es poderle sentir una vez más cerca, poder compartir con él un par de conversaciones e intercambiar unas cuantas sonrisas, solo con el echo de poder sentirle a un paso te sientes protegida como dice la canción: cuando me siento herida me subes a un tejado y ahí la vida es menos puta si estas a mi lado. Pero todo parece más difícil de lo normal, cuando consigues que el camino vuelva a aproximarse te topas con que ya comparte un camino con otra persona aunque sea soló algo pasajero, que aunque le tengas a un paso no te va a regalar ni un hola, ni una sonrisa, ni si quiera una simple mirada, que el solo tiene ojos ya para ella y para nadie más. Entonces tu recuerdas todas y cada una de las conversaciones que tenías cuando ya no estabas allí y te decía que nada cambiaría, que seguías siendo una persona importante para el y que cuando volvieras nada cambiaria, que os ibais a haceros una foto , una foto no, un álbum de fotos y tú estabas segura de que eso no iba ha ser así y como de costumbre no fallaste.Entonces cuando regresas te das cuenta y dices fui tonta, fui tonta por no haberle dicho todo lo que pensaba, por no pedirle una explicación por todo aquello, por no tener el valor de decirle que le echabas de menos, que tampoco pedías demasiado simplemente un poquito de presencia, tampoco era tanto, tansolo un poco de presencia, no pedía ni la mitad de las cosas que un día dijo el. Resumiendo, por no haber tenido valor para plantarle cara cuando estuvo presente porque ella sabía cuando volvía, no cuando volvería a estar otra vez alli, con los suyos.
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